lunes, 4 de marzo de 2013

Mahmoud Darwish.- Lecciones del kamasutra




Con la copa engastada de lapislázuli


la espero,


junto al estanque, el agua de colonia y la tarde


la espero,


con la paciencia del caballo preparado para los senderos de la montaña


la espero,
con la elegancia del príncipe refinado y bello


la espero,


con siete almohadas rellenas de nubes ligeras


la espero,


con el fuego del penetrante incienso femenino


la espero,
con el perfume masculino del sándalo en el lomo de los caballos


la espero.


No te impacientes. Si llega tarde


espérala


y si llega antes de tiempo


espérala,


y no asustes al pájaro posado en sus trenzas.


Espérala,


para que se sienta tranquila, como el jardín en plena floración.


Espérala


para que respire este aire extraño en su corazón.
Espérala


para que se suba la falda y aparezcan sus piernas nube a nube.


Espérala


y llévala a una ventana para que vea una luna bañada en leche.


Espérala


y ofrécele el agua antes que el vino, no


mires el par de perdices dormidas en su pecho.


Espérala


y roza suavemente su mano cuando


poses la copa en el mármol,


como si le quitaras el peso del rocío.


Espérala
y habla con ella como la flauta


con la temerosa cuerda del violín,


como si fuérais dos testigos de lo que os reserva el mañana.


Espérala


y pule su noche anillo a anillo.


Espérala


hasta que la noche te diga:


no quedáis más que vosotros dos en el mundo.


Entonces llévala con dulzura a tu muerte deseada


y espérala...


Traducción del árabe por:
María Luisa Prieto.

1 comentario:

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.